7/10/08

Seda Negra.


Las buenas personas son más frágiles, más sensibles.
Las buenas personas son bombas de relojería.
Todo va bien hasta que les rompes uno de sus delicados pétalos.
Ahí empieza el purgatorio y la culpabilidad.
Las buenas personas son peligrosas y sectarias.
El Infierno está lleno de ellas, no como penitentes.
Son sus funcionarios.


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